miércoles, 12 de noviembre de 2008

Lucha por la Soberanía Panameña

A partir del momento mismo en que se firmó el Tratado Hay – Bunau Varilla, en el año 1903, el gobierno panameño inicia una lucha por la recuperación de la soberanía en la franja canalera. La interpretación unilateral de dicho tratado por parte de los Estados Unidos conllevó al establecimiento de lo que se llamaría luego "la Zona del Canal", al establecer dentro de la misma todas sus instituciones públicas, incluyendo además de instalaciones militares, el correo, telégrafos, jueces, policía y cárceles.

El principal punto de la disputa diplomática entre ambos países era lo concerniente a la soberanía en la franja. Por su lado, los Estados Unidos interpretaban que el tratado de 1903 le había otorgado plena soberanía sobre las tierras y aguas del Canal y que Panamá había por su parte, renunciado voluntariamente a sus derechos soberanos sobre éstas. Por su parte, la República de Panamá alegaba que sólo se habían otorgado derechos para el funcionamiento del Canal y no derechos soberanos sobre la franja, lo que queda claramente manifiesto en nota de José De Obaldía al Secretario de Estado norteamericano, John Hay, en agosto de 1904.

Por su parte, el presidente de los Estados Unidos, Theodoro Roosevelt, en nota enviada a su Secretario de Guerra le ordena viajar a Panamá para expresar al gobierno de la República de Panamá "que los Estados Unidos no tienen el propósito de sacar ventaja de los derechos que le concede el Tratado". Desafortunadamente esa no era la opinión de las autoridades norteamericanas en "la zona", encabezadas por el entonces gobernador George Davis.

Como resultado de los reclamos hechos por Panamá sobre la libre introducción de mercaderías al istmo, a través de los puertos de Ancón y Cristóbal, y sobre el uso de estampillas postales de los Estados Unidos en "la zona", no sólo por los residentes norteamericanos sino incluso por panameños, actividad que afectaba los ingresos del Estado panameño, el Secretario de Guerra W.H. Taft emite en diciembre de 1904 una serie de ordenanzas sobre los puertos y el correo, que serían conocidas como el Convenio Taft.

En el año 1924, el entonces Ministro Plenipotenciario de Panamá en Washington, Ricardo J. Alfaro transmite al gobierno norteamericano una nota en la cual se plantean una serie de puntos que Panamá deseaba que sirvieran como base para un nuevo tratado que reemplazara al Convenio Taft. Posteriormente, en 1926, se firma el Tratado Kellog – Alfaro que regularía, entre otras cosas, el procedimiento para la expropiación de tierras para el funcionamiento del Canal; la venta de productos dentro de "la zona"; el establecimiento de empresas; residencia dentro de "la zona"; otorgamiento de facilidades de aduana para Panamá; expedición de licencias radiográficas; naves aéreas, curso de las monedas, entre otros.

Debido al aumento considerable del contrabando proveniente de "la zona" se producen algunas protestas por parte del gobierno panameño, que conducen a la firma del Tratado Arias – Roosevelt, el 2 de marzo de 1936, que establecía la limitación de la venta de mercaderías a las personas que realmente trabajaran en el Canal o que pertenecieran a las fuerzas armadas y a los contratistas residentes en "la zona"; prohibición de arrendamiento de viviendas a otras personas; concesión a los comerciantes panameños para la venta de mercancías a las naves que anclaran en los puertos; el gravamen de impuestos a las mercaderías introducidas a "la zona" y se fija en 435 mil dólares la anualidad pagada a Panamá.

Al estallar la Segunda Guerra Mundial en Europa, los Estados Unidos le exigen al gobierno panameño el otorgamiento de tierras adicionales, fuera de "la zona", para el establecimiento de sitios de defensa indispensables para la protección del Canal ante un eventual ataque por parte de algunos de los países que conformaban el Eje. Ante esta petición, el Presidente de la República anuncia al país su intención de otorgar dichas tierras, atendiendo a las obligaciones que Panamá había adquirido con el tratado de 1903. Como consecuencia de ello se firma en mayo de 1942 el Convenio de Sitios de Defensa, que tendría vigencia mientras durara el conflicto bélico. Al finalizar la guerra, los norteamericanos pretendían extender el uso de las tierras arrendadas mediante la firma del convenio Filós - Hines, el cual fue rechazado por el pueblo panameño en diciembre de 1947.

Los logros económicos por parte de Panamá se consolidaron con el Tratado Remón – Eisenhower, de enero de 1955, al acordarse que se limitaban las compras de mercaderías en los comisariatos ubicados en "la zona" a los ciudadanos norteamericanos residentes en ella. Además se modificaban los límites con las ciudades de Panamá y Colón, al igual que se acordaba el traspaso de las tierras y aguas que no fueran necesarias para el funcionamiento del Canal.

Una situación que Panamá consideraba descriminatoria y que era parte del sistema de diferenciación racial imperante en "la zona", era la diferencia de salarios por el mismo trabajo entre panameños y norteamericanos, por lo cual también se realizaron conversaciones sobre esta materia. Panamá y los Estados Unidos acordaron en 1955 el pago de igual salario, tanto para estadounidenses como para los panameños, además de iguales oportunidades para acceder a todos los cargos dentro de la administración del Canal; así como también, el derecho a la aplicación de las jubilaciones por igual. De igual forma se sientan las bases para el traspaso de tierras a manos panameñas.

Hasta 1955 Panamá había logrado por parte de los Estados Unidos básicamente reinvindicaciones de orden económico, situación esta que no resolvía el problema de fondo: la soberanía panameña sobre "la zona". Uno de los puntos más neurálgicos era el del despliegue de la bandera nacional en el territorio bajo jurisdicción norteamericana. En 1958, un grupo de estudiantes iza una bandera en los predios de "la zona", acto que fue reprimido por el ejército norteamericano; en 1959, producto del creciente malestar entre la población por el tema de la soberanía, se realiza lo que se conocería como la "Operación Soberanía", en la cual, luego de burlar a los policías y militares norteamericanos un grupo de panameños siembran banderas en los terrenos de "la zona".

Para el año 1961 el tono de las justas reclamaciones panameñas se elevaba, tal como lo expresa el propio presidente Rodolfo F. Chiari en nota enviada a John F. Kennedy, presidente de los Estados Unidos, en la cual le manifestaba que no cabía "en la mentalidad del hombre de esta segunda mitad del Siglo XX, la tesis de que un Estado, por fuerte que sea, pueda ejercer derechos soberanos sobre ninguna parte del territorio de otro Estado, por pequeño y débil que éste sea". Posteriormente, ambos presidentes acuerdan nombrar representantes de alto nivel para discutir los temas referentes al Canal y a la soberanía panameña.

En enero de 1964, un grupo de estudiantes del Instituto Nacional decidieron marchar hacia el colegio secundario de Balboa, para hacer cumplir los acuerdos y ordenanzas sobre el despliegue de la bandera en el territorio de "la zona", y que el gobernador se negaba a cumplir. Al llegar a las instalaciones del colegio se permitió que una delegación de seis estudiantes izaran la bandera al lado de la norteamericana, pero al llegar se encuentran con el hecho de que los norteamericanos habían derribado una de las astas. Los policías permitieron que izaran la bandera debajo de la de los Estados Unidos, pero un grupo de estudiantes norteamericanos empezó a agredir a los panameños mientras cantaban el Himno Nacional y desgarraron la bandera panameña.

Los estudiantes panameños corrieron para salvar su vida mientras eran perseguidos por las tropas norteamericanas hasta los predios de "la zona". La noticia de la represión de los estudiantes rápidamente se extendió por toda la ciudad de Panamá, provocando la ira de miles de panameños que salieron a reinvindicar los derechos soberanos del país. Luego de tres días de enfrentamientos habían muerto a manos del ejército más poderoso del mundo 23 panameños y resultado heridos más de 500, además de daños considerables a las propiedades y comercios aledaños a "la zona".

Ante esta lamentable situación el presidente Rodolfo F. Chiari rompe relaciones diplomáticas con los Estados Unidos en cuya nota memorable señalaba que ‘la forma en que la policía de la Zona del Canal y luego cómo las fuerzas armadas norteamericanas agredieron a una romería de no más de cincuenta jóvenes estudiantes de ambos sexos de escuela secundaria, que pretendían desplegar en forma pacífica la enseña nacional en esa faja de territorio panameño, carece de toda justificación".

Además le manifestaba al presidente Johnson que Panamá haría todo lo necesario para evitar que "en el futuro ni las fuerzas armadas acantonadas en la Zona del Canal ni la población civil norteamericana residente en esa faja de territorio nacional, volverán a desatar semejantes actos de agresión contra un pueblo débil y desarmado pero decidido en la defensa de sus derechos inalienables".

Los sucesos de enero del 64 se convirtieron en el argumento principal en la causa de los panameños, no solo a nivel nacional sino también internacional, ya que la comunidad mundial condenó la actitud de los norteamericanos. El 24 de septiembre de 1965, los presidentes Lindon Johnson y Marcos Robles emiten una declaración conjunta en la cual ambos países se comprometían a negociar un nuevo tratado sobre el Canal, sobre la base de los siguientes puntos: abrogación del tratado de 1903; reconocimiento de la soberanía panameña sobre la zona; fecha de expiración del nuevo tratado y la construcción de un canal a nivel.

Con la mediación de la Organización de Estados Americanos el primer anteproyecto de tratado se presentó en 1967, pero fue rechazado por el gobierno panameño ya que mantenía algunos vicios que eran lesivos para Panamá, como por ejemplo la fecha de terminación del tratado se extendería hasta el 2067, cuando se concluyeran los trabajos del futuro canal a nivel; además se mantenía el tratado de neutralidad indefinidamente, lo que para los panameños significaba a perpetuidad.

En 1968, la República de Panamá se ve envuelta en un golpe de Estado liderizado por un grupo de oficiales de la Policía Nacional. Entre estos se encontraba Omar Torrijos Herrera, quien al poco tiempo se convertiría en el Jefe de Gobierno del país. Torrijos no abandona la lucha por la recuperación de la soberanía en "la zona" y redimensiona la misma internacionalizándola. Para ello consigue que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se reuniera en 1973 en Panamá, siendo ésta la primera ocasión que lo hacía fuera de su sede en Nueva York. Torrijos además llevó la causa panameña ante organismos internacionales como los Países No Alineados, que apoyaron incondicionalmente los justos reclamos soberanos de los panameños.

Finalmente se logra la firma de los tratados que pondrían fin a la presencia colonial norteamericana en Panamá, o lo que el mismo Torrijos denominaba la Quinta Frontera. El 7 de septiembre de 1977, en la sede de la OEA, en un acto histórico no solo para los panameños sino para todo el continente. Omar Torrijos como Jefe de Gobierno de Panamá y el presidente de los Estados Unidos, Jimmy Carter firman los tratados conocidos como Torrijos – Carter, que entraron en vigencia el 1 de octubre de 1979 y que establecieron la fecha de entrega del Canal, así como de todas las tierras y aguas usadas por éste; además de la salida escalonada de todas las tropas norteamericanas de la Zona del Canal. La lucha por la recuperación de la soberanía total en todo el territorio de "la zona", alcanzó su meta anhelada el 31 de diciembre de 1999, cuando la administración y control del Canal pasaron definitivamente y a perpetuidad a Panamá.

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